En el segundo módulo del Instructorado de Kundalani Yoga, mientras discutíamos acerca de la diferencia en la relación maestro espiritual-discípulo que hay entre Oriente y Occidente, la maestra Ardas Kaur me preguntó si yo tenía un Maestro espiritual.
Estábamos hablando de cómo en general los occidentales tenemos una filosofía de vida más intelectual, mientras que los orientales una más experiencial. Nosotros todo lo razonamos y cuestionamos, todo lo queremos entender, y es por ello que nos cuesta tanto entregarnos por completo a un Maestro.
Yo le contesté que no tenía pero que anhelaba hacerlo.
Ardas Kaur propuso dejar la charla abierta para que la idea se siguiera desarrollando en nosotros.


Unos días después, durante una meditación se me vino el recuerdo de una película que había visto de unos chicos musulmanes que decidían inmolarse por lealtad a su religión. En su momento la película me había parecido muy fuerte, pero ese día la imagen tenía otro tinte, estaba asombrada, admirada por la devoción que sentían hacia su dios, su palabra era incuestionable, realmente la sentían como la Verdad última.
Eso me fascino, la idea de sentir fe absoluta y devoción inquebrantable hacia Dios, hacía un Maestro, hacia el propio ser de uno.
Hacia el propio ser de uno…
Allí estaba todo, de repente sentí que todos mis problemas se reducían a una falta de devoción hacia mi misma, a una incapacidad de tener fe ciega en mi propio ser, en mi propia divinidad.
Y entendí a quien me tenía que entregar por completo, a quien debía entregarle mi vida es a mi propia maestra interior, es a ella a quien le debo mi lealtad antes que a nadie (el corazón primero se alimenta a si mismo y luego al resto del cuerpo), no puedo darle a otro lo que no poseo.
Entera devoción hacia mi maestra interna, uau! que misión! cuanta fuerza de voluntad requeriría para no enfrentarla ni cuestionarla…

Al fin de semana siguiente del módulo fui a un taller de Mujer de Luz dictado por Nam Nidhan Kaur Khalsa, fue sorprendente, me reconectó con mi alma guerrera, me llenó de fuerzas y de vida, me devolvió la energía, me dio color.

Esta guerrera despertó de una larga siesta justo a tiempo para la batalla de unir mente y espíritu, de rendir el ego ante el corazón.

Tengo fe en que mi anhelo de encontrarme con mi Maestro espiritual es tan fuerte que me guiará hacia él y pido ser bendecida con un intenso sentimiento de devoción hacia mi maestra interior porque es ella quien pulsará desde mi centro radiante ante su presencia.


Gracias Ardas Kaur, gracias Nam Nidhan Kaur Khalsa, gracias a ambas por haber regado estas semillitas que ya estaban sembradas en mi pero yo tenía olvidadas, gracias por su luz.
Gracias a cada uno de mis maestros por alumbrar mi camino.


Quizás no pueda reconocer aún a mi Maestro espiritual, y creo que hoy no es eso lo que importa, sino agradecer por todos los maestros que han tocado mi vida:
A ustedes mi eterna lealtad y gratitud.

Wa-He Guru!
Jaswant Kaur

"Un estudiante espera millones de vidas
para encontrar su Maestro"
Yogui Bajhan

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